Guía para saber qué tipo de paraguas comprar
¿Qué tipo de paraguas es el más adecuado para mí?
La respuesta corta es: depende.
O no. Es decir, puedes llevar un paraguas recto o uno plegable, igual que puedes subir un pico de montaña con unas botas Salomon o con unos zapatos de charol.
Pensamos que cualquier paraguas, si se ajusta a nuestro estilo y presupuesto, es perfectamente válido para protegernos de la lluvia. Y puede ser así si nada te importa, o podemos intentar desarrollar un poco para qué situaciones y lugares son mejores unos paraguas que otros.
Pero primero veamos qué tres tipos de paraguas existen. Al menos, los tres oficiales.
Tipos de paraguas
Clásico, o recto.
De los tres tipos de paraguas, el clásico o recto, es el más longevo con mucha diferencia. Miles de años, incluso. Es el paraguas por excelencia, dirán algunos que el más elegante (esto a gusto del consumidor), y el que ofrece una variedad más amplia de diámetros. Es el de Mary Poppins, Cantando bajo la lluvia o, la más reciente, Kingsman. No solo te protege de la lluvia, sino que muchas personas lo utilizan como bastón para caminar.
Veamos algunas de sus características:
Plegable
El paraguas plegable, como bien indica su nombre, se diferencia del clásico en que su poste puede reducir su tamaño. Así, mientras abierto puede tener una longitud de incluso 90 centímetros de largo, una vez que lo cerramos, si hablamos de los miniparaguas, podría quedarse en unos quince centímetros.
Golf
Se han convertido en un estilo en sí mismo, pese a que su diseño puede ser tanto en formato plegable como clásico. Son paraguas construidos sobre unos materiales resistentes a la lluvia y el viento. Son ideales para agricultores, por ejemplo. Para golfistas, obvio. O para otros deportistas que trabajan al aire libre. Un entrenador/a de fútbol, rugby, hockey sobre hierba… Ya me entiendes. Si eres una persona grande, también puede ser más beneficioso elegir uno de estos paraguas. El diámetro que suelen cubrir es mucho mayor que cualquiera que puedas encontrar en los otros dos tipos. O si solo quieres llevar uno y que debajo estén bien protegidos papá, mamá y los dos niños.
Entonces, ¿qué paraguas me compro?
Bien, en primer lugar me gustaría que te hicieras esta pregunta: ¿Para qué lo quiero?
No, tu respuesta no debe ser para protegerme de la lluvia. Bueno, esa es una respuesta. Pero profundiza un poco. ¿En qué situación y en qué lugar lo necesitaré?
No es lo mismo que vayas a jugar al golf y te caiga la mundial que si te llaman para ir de compras al centro comercial y, pese a que está lloviendo, te mueres por salir de casa y gastar. Tampoco si lo quieres para enfrentarte a una media de más de cien días de lluvia al año o para un uso más que ocasional.
La situación
Se entiende, ¿verdad?
En primer lugar, deberás planificar cuál va a ser el principal propósito del paraguas. Si lo quieres para salir de un punto A y llegar a un punto B, un paraguas clásico sería ideal. Hoy en día, si no es en un paragüero, todas las casas tienen una bañera, un cubo o una terraza donde dejar el paraguas cuando llegas. También tu oficina o el restaurante al que vayas a cenar.
Si llevas uno de estos, en general, tendrás más protección contra cualquier tipo de lluvia y un mayor diámetro para no mojarte la espalda, el bolso o la mochila.
Si hablamos de recorrer varios puntos, de salir de tu casa o trabajo e ir de compras, por ejemplo, y después a tomar algo a un bar, y quien dice uno dice cinco, y seguir la noche en un restaurante para terminar bebiendo un poco más de la cuenta en un pub o discoteca, te recomendaría la opción del plegable por su versatilidad y practicidad cada vez que tienes que cerrarlo y guardarlo. No en todos los lugares te brindan la posibilidad de dejar tu paraguas en un paragüero y, si lo hacen, ten en cuenta que corres el riesgo de:
Ahora, en muchos comercios, sobre todo los que dan directamente a la calle, no tanto en el interior de los centros comerciales, te ofrecen bolsas desechables para introducir tu paraguas. No es mala idea, pero son más las ocasiones que no lo he encontrado que las que sí.
¿No sabes si va a llover o si se mantendrá ese espléndido sol? Bueno, si no puedes hacer como los ancianos del lugar, que no necesitan apps del tiempo, sino toda una vida de experiencia, y tienes idea de salir durante unas horas pero es incierto si lloverá, podrías seguir eligiendo el plegable. Tal vez incluso un miniparaguas, que puede tener mayor facilidad de almacenaje en mochila, riñonera o incluso bolsillo.
¿Si no juego al golf puedo llevar un paraguas de golf? Sí, aunque no juegues a fútbol, puedes llevar un pantalón de fútbol. Extraño o bizarro (aunque quizá se ponga de moda en unos años, quién sabe) sería si llevases los palos de golf al hombro o unas botas de fútbol con tacos para ir de tapeo por la ciudad.
Es cierto que se crearon para jugar a golf. Los golfistas necesitaban un paraguas con un diámetro extragrande para proteger sus cuerpos, su mochila y el buggi con los palos de golf. Como extra, era de suma importancia que estuviera construido expresamente para soportar con garantías las rachas de viento que suelen ocurrir en campos con tanto horizonte a la vista.
Sin embargo, no recomendaría este tipo de paraguas para caminar por una calle concurrida en la ciudad o para lo mismo que he mencionado con los plegables. Son paraguas que funcionan muy bien a campo abierto, con bastante espacio para maniobrar sin el riesgo de acuchillar el ojo a otro transeúnte.
El lugar
Bien, tenemos claro el propósito. Ahora…
¿En qué lugar lo voy a utilizar?
Tal vez pensarás que me estoy repitiendo. Pero no. Con lugar me refiero a la ubicación geográfica. ¿Es en España? Y dentro de España, ¿hablamos de Almería o de Galicia? ¿De Zaragoza o de Bilbao? ¿De las céntricas calles de Gijón o de la playa de la Malvarrosa?
Ya ves por donde voy, ¿verdad?
Todo lo que compramos tiene un periodo de vida útil. Se habla de la obsolescencia programada, y es verdad, existe, pero también debemos ser conscientes del uso que nosotros mismos le damos al producto.
Bien, pues algo parecido ocurre aquí. ¿Cuántos días de lluvia y viento va a tener que soportar tu paraguas? ¿Crees que ese de diez euros es suficiente para pasar medio año combatiendo la lluvia?
Si eres del norte o de algún lugar similar, te recomendaría elegir un buen paraguas, de calidad, que utilice los mejores materiales para la estructura y para la cubierta, no tanto porque te vaya a durar eternamente, que no está mal como motivo, sino porque no se te rompa en la tercera tormenta con la que, sí o sí, te va a tocar lidiar.
Y no, los buenos paraguas no los encuentras por 10 euros.
En este caso me decantaría por uno de los clásicos. Es muy probable que si vives en una comunidad donde el porcentaje de lluvia en días por año sea elevado, la infraestructura de los comercios, bares, estamentos, oficinas y demás esté preparada para acoger a visitantes con paraguas. Su resistencia al viento suele ser mayor, su dureza, al contar con un poste recto, también. Como no buscan tanto aligerar el paraguas, los materiales que utilizan se enfocan más en la calidad de la estructura que en que pese menos.
En cambio, si quieres viajar en avión a cualquier país con una media elevada de precipitaciones, mi recomendación sería que consigas un paraguas plegable de calidad superior a la media. Por razones de peso y tamaño, resulta obvio que descartaremos uno de golf, y también el clásico. Un plegable sería la opción acertada.
Automático, semiautomático o manual
Hoy en día, por la comodidad que brindan los paraguas automáticos, muchos utilizan este sistema de apertura. Sobre todo los plegables. Dependerá de lo que quieras elegir. Puedes encontrar magníficos paraguas automáticos, semiautomáticos y manuales. Yo me decantaría por la primera opción. Te brinda la posibilidad de necesitar solo una mano.
Diseño
En cuanto a su forma, los hay octogonales, más redondos, profundos, planos… Y, salvo el diámetro, que afecta directamente a las personas que pueden estar debajo del paraguas sin mojarse, y el diseño del mango, que es importante en su forma y en los materiales de fabricación porque afecta directamente al agarre de tu mano, la elección dependerá exclusivamente de tus gustos.
¡Lo tengo claro!
Eso espero. Al final, se trata de elegir el paraguas que se adapte mejor a nuestras necesidades. No solo por el precio, el diseño o los colores. Existen muy buenos paraguas entre 20 y 40 euros que, sin lugar a dudas, podrán soportar un uso continuado e intensivo en condiciones climáticas complicadas. Esta guía trata de introducir ciertos criterios para ayudar a comprar un paraguas con garantías. Existen otros que dependerán de tu sentido común y las ganas que tengas de renovar el paraguas cada mes o, por el contrario, cada varios años.
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